lunes, 27 de octubre de 2014

EL TEATRO ES SALUDABLE

El teatro es una buena manera de entretenerse, un plan perfecto para una primera cita, nos sirve para defender o criticar aquello que pasa en la sociedad, y lo utilizamos como vía de escape frente a los agobios diarios. ¿Pero sabíais que se ha demostrado científicamente que el teatro tiene efectos beneficiosos para la salud?
La Organización Mundial de la Salud define esta como un estado completo de bienestar físico, mental y social, más allá de la mera ausencia de enfermedad. Y según los últimos estudios, la asistencia a espectáculos es clave a la hora de conseguir una “mens sana in corpore sano”. Os contamos por qué ir al teatro no solo os hará vivir mejor, sino también durante más tiempo.

 1. La risa es un buen ejercicio y reduce el dolor

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Robert McGrath
© UW-Madison University. Foto de Bryce Richter
Es bien sabido que utilizamos más de 400 músculos cuando nos reímos, abdominales incluidos. Según algunos estudios, reírse durante 20 segundos tiene el mismo efecto sobre la salud que hacer tres minutos seguidos de un ejercicio aeróbico (como correr o montar en bicicleta). Así que si os decantáis por una obra de teatro cómica podéis ahorraros horas en el gimnasio, y también en la consulta del médico.
Al reír, el cuerpo libera endorfinas y serotonina, sustancias producidas por las células del sistema nervioso central, que ayudan a reducir el dolor (de hecho, las endorfinas reciben el nombre de “péptido opioide” porque ¡tienen el mismo poder analgésico que los derivados del opio!).
Asimismo, Robert McGrath, psicólogo clínico en laUniversidad de Wisconsin-Madison, asegura que la risa y el humor reducen los niveles de estrés: reírnos implica la acción de la adrenalina y también de la dopamina, una sustancia asociada con el sistema de placer del cerebro, y que también está presente en otras actividades agradables como la alimentación o el sexo.

 2. El desahogo de llorar vale más que la angustia que lo provoca

Solemos asociar el llanto a sensaciones negativas, y con razón: normalmente son las malas noticias las que nos hacen llorar, y esto hace que aumente el ritmo cardíaco, que sudemos y que tengamos sensación de ahogo. Sin embargo, los estudios de laboratorio realizados para el ensayoCry Me A River: The Psychology Of Crying, publicado en Science Daily, demostraron que los efectos calmantes del llanto (los que experimentamos cuando ya ha pasado la angustia inicial) duran más a nivel corporal que los focos de estrés.
Así pues, aunque un personaje nos tenga en vilo, merece la pena acompañarle en su sufrimiento.El llanto libera adrenalina y noradrenalina, y tras la función nos quedará una agradable sensación de desahogo.

3. El teatro es más efectivo para mejorar la memoria que el fósforo y los rabitos de pasas

¿A menudo se os olvida dónde habéis puesto las llaves? ¿O el nombre de alguien que os presentaron hace poco? ¿No sois capaces de recordar el título de la última película que visteis? Tal vez estáis tomando las soluciones inadecuadas: el teatro puede mejorar vuestra memoria de una manera más efectiva que otras técnicas, vitaminas incluidas.
Así lo demostraron Helga y Tony Noice, del Elmhurst College. En 2009 realizaron un estudio donde 122 personas de edad avanzada tuvieron un primer contacto con el teatro durante ocho sesiones, que se desarrollaron a lo largo de cuatro semanas. Aprovecharon además el estudio para comparar el teatro con diferentes prácticas mnemotécnicas.
En tan poco tiempo, los investigadores pudieron comprobar una mejoría en todas las habilidades cognitivo-afectivas de los participantes: había mejorado su actitud al hablar, eran capaces de encontrar las palabras para expresar sus sentimientos con mayor facilidad, y su memoria había mejorado de forma evidente, y con mayor efectividad que otras técnicas comunes, como los regímenes vitamínicos.

4. Te ayuda con las matemáticas

El teatro juega con la imaginación del espectador y con lo que podemos intuir pero no ver, lo que incrementa su sensibilidad hacia lo conceptual. Esto predispone al cerebro a la hora de comprender los razonamientos abstractos que se emplean en el aprendizaje de las ciencias formales, es decir, aquellas que trabajan con objetos creados por el hombre, y que existen solo en su mente (como por ejemplo, los números).

5. Frena el envejecimiento patológico

Hablamos de envejecimiento patológico para referirnos a los cambios que se producen en una persona no solo por el simple hecho de hacerse mayor, sino como consecuencia de enfermedades, malos hábitos, etc., (por ejemplo las cataratas, el Alzheimer…).
Este “envejecimiento acelerado” puede a veces prevenirse e incluso ser reversible, y uno de los tratamientos para ello es la terapia teatral. Está demostrado que las actividades artísticas, especialmente aquellas que se hacen en grupo, frenan el envejecimiento patológico.

6. Favorece la empatía

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La palabra “empatía” viene del griego “empatheia”, que significa “sentir dentro”, y hace referencia a la capacidad que tenemos de entender las emociones de otra persona. En esto tiene mucho que ver el neurocientífico italiano Giacomo Rizzolatti, quien en la década de los ’90, descubrió la existencia en el cerebro de las “neuronas espejo”, que son las responsables de la comprensión de los estados emocionales ajenos.
Consisten en sistemas de neuronas que se activan cuando se ejecuta una acción, pero también cuando observamos a otro individuo llevar esa misma acción a cabo. Es decir, cuando vemos que alguien está triste, las neuronas espejo activan en nuestro cerebro un estado emocional parecido al que experimentamos cuando nosotros mismos estamos tristes. Así podemos ponernos en el lugar de la otra persona y comprender cómo se siente.
De la misma forma, y aunque la historia de una obra de teatro forme parte de la ficción, nos alegramos cuando un personaje consigue sus objetivos, y nos entristecemos cuando fracasa. En esto consiste la empatía, clave de la inteligencia emocional.

7. Las actividades artísticas previenen los resfriados

Llega el invierno y nos ponemos a beber zumo de naranja como locos. Pero más allá de la vitamina C, podemos prevenir los resfriados yendo al teatro.
Un estudio británico evidenció en 2003 que participar en actividades artísticas (ya sea como espectador o como creador) mejoraba el ánimo y tenía sorprendentes impactos positivos en diversos parámetros psicológicos. Sus conclusiones sirvieron de base a los autores de un ensayo publicado en la revista Psychological Science, quienes estudiaron la relación entre las emociones positivas y el tono vagal (un índice que mide la actividad del nervio vago, y que está relacionado con la frecuencia cardíaca y la energía que tenemos en cada momento). Este estudio sugiere que las emociones positivas y la salud puramente física se influyen mutuamente, creando una espiral creciente de optimismo y bienestar físico.
Más aún, existen estudios que señalan una relación directa entre el arte (como medio para experimentar emociones positivas) y sus beneficios a largo plazo: previene los resfriados (según un estudio del Dr. Cohen y su equipo, en 2006), reduce la inflamación (según Steptoe, O’Donnell, Badrick, Kumari & Marmot, 2007) y protege contra las enfermedades cardiovasculares (Boehm & Kubzansky, 2012).

8. Ir al teatro en grupo alarga la vida como puede hacerlo el dejar de fumar

Hay mucha bibliografía que muestra que tener relaciones sólidas augura una vida más longeva. Recientemente, se ha llevado a cabo un análisis de más de 148 estudios (practicados en más de 300.000 personas en total), que concluyó que la integración social era un factor tan importante a la hora de evaluar la esperanza de vida de una persona, como el tabaco, la obesidad, el consumo excesivo de alcohol o el ejercicio físico realizado.
Más aún, hay experimentos que muestran que cuando estamos en un grupo con el que compartimos intereses (ya sean el teatro u otros), se activa el tono vagal por medio de la oxitocina, una hormona que también actúa como neurotransmisora en el cerebro, y a la que comúnmente se llama “la molécula del amor”, ya que liberamos esta hormona, entre otros casos, cuando tenemos relaciones sexuales.

9. Hacer teatro te ayuda a solucionar problemas

La revista Journal of Aging and Health publicó en 2004 un estudio en el que se comparaban varios grupos de personas que habían comenzado a tomar clases: uno de teatro, uno de pintura y un grupo que no hacía ninguna actividad artística. Los participantes en el estudio se sometieron a pruebas de concentración, solución de problemas, etc., tanto antes como después de las clases, obteniendo una mejoría en la evaluación de su bienestar personal y en los tests de memoria. Lo más significativo fue, sin embargo, su evolución en el examen de “solución de problemas”.
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Gráfica con los resultados del estudio.
El equipo investigador sostiene, a la vista de los resultados, que el teatro puede ser un buen entrenamiento cerebral que ayude a prevenir la pérdida de la agilidad mental que ocurre con la edad. Argumentan que esto es debido a que el teatro requiere atención continuada en la actividad que se está realizando, lo que a la larga nos hace estar mucho más presentes en el “aquí y ahora”.

10. La cultura puede ser la clave de la felicidad

La felicidad puede resultar difícil de encontrar, pero los psicólogos de la Norwegian University of Science and Technology (NTNU) nos dieron en 2011 una de sus claves. En su estudio, publicado en el Journal of Epidemiology & Community Health, demostraron que asistir a espectáculos teatrales o galerías de arte tiene efectos no solo sobre la buena salud, sino que afecta también a lo felices que nos sentimos. Los investigadores descubrieron que aquellos que participaban con mayor frecuencia en actividades culturales, tenían una mayor felicidad y mejor calidad de vida.
Por si fuera poco, los efectos parecen ser directamente proporcionales a la cantidad de veces que podamos asistir a un evento cultural. Según la NTNU, el 91% de aquellos que habían participado en cinco o más actividades culturales a lo largo de los seis meses que duró su estudio, dijo sentirse muy satisfecho con su vida. Entre aquellos que habían asistido a tan solo una cita cultural, el porcentaje se reducía a un 84%.

viernes, 4 de octubre de 2013

TALLER CREATIVO "INTEGRAL" : " A LA SALUD , CON ARTE" con Marisa Vallejo





   
A la Salud con Arte      
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miércoles, 2 de octubre de 2013

ESCULAPIO y el Templo de Salud en la Antigua Grecia

El Templo de Esculapio era una construcción soberbia. Era el mayor recinto terapéutico de Grecia, incluía una área religiosa junto con otras salas dedicadas a la curación de los enfermos. El templo de Esculapio (para los griegos: Asclepio) representa un gran antecedente en la búsqueda de sanar vidas (los actuales balnearios). El más famoso fue el Santuario del Peloponeso, que recibieron el nombre de "asclepiones".


Al templo llegaban habitantes de todas las regiones con la esperanza de encontrar la salud a los males que los aquejaban. Según describe Aristófanes en una de sus comedias: " Cuando llega la noche los enfermos se acuestan en las camas de reposo . Los siervos del templo ( terapeutas) apagan las luces y piden silencio total. Luego, un sacerdote da una vuelta para recoger de los altares el pan de la sacrificios. Aparece Asclepio escoltado por dos de sus hijasHigia ( higiene, salud) y Panacea (remedio para todos los males) , Van de cama en cama para examinar los enfermos (Visita médica) y mezclan sus ungüentos y jarabes (Terapia) ".

sábado, 20 de abril de 2013

Los beneficios de la meditación en el siglo XXI: “La meditación transforma el cerebro a largo plazo”

http://www.dailymotion.com/video/x81p0o_meditacion-y-control-de-estres_school


Meditar puede transformar más tu mundo que ser el activista más acérrimo de Amnistia internacional. Para lograr la Paz, no hay que ir a la guerra. O mejor aún, hay que evitar la guerra. Pues en cada acción de resentimiento y venganza activamos los mismos pensamientos que comparten los que se encuentran en esa frecuencia o estado mental.
Al no aceptar ningún ataque como solución, confrontas con el amor verdadero, el arma más poderosa que existe: te demuestra que no dispones de medios para destruir nada ni nadie en todo el Universo. Y no hay mayor necesidad en el mundo que aprender la lección de que eres invulnerable a la ilusión de la muerte y la destrucción.

(EL ACTOR) = como SER HUMANO EN LA ESCENA DE LA VIDA


El actor en el escenario

Hacerse consciente del alma significa tener claro la diferencia entre el instrumento físico o traje, es decir, el cuerpo, y la energía consciente que lo gobierna, el alma, el ser.

Del mismo modo, es esencial comprender la diferencia entre quién soy realmente y el rol o roles que estoy interpretando en mi vida.

Un actor, incluso mientras está interpretando las escenas más dramáticas, incluso mientras llora o ríe o grita, sabe que está interpretando un papel y que él no es el papel. Sabe que cuando la obra se acabe de representar, seguirá existiendo sin el papel.

Podemos desarrollar gran fortaleza si, de la misma manera, mientras interpretamos diferentes roles en el escenario del mundo, permanecemos conectados con la consciencia interna de nuestra identidad eterna, como el ser de consciencia pura – de paz, de verdad, de luz, de amor.

Separar al rol y al actor hace que aumenten las oportunidades de ver lo que mi papel precisa realmente y reduce la posibilidad de ser influenciado en exceso por los demás. Si soy capaz de proteger mi identidad interior, será mucho más fácil para mí cambiar de rol. Si me pierdo en algún rol en particular, no puedo ver más allá de las necesidades inmediatas.

Por ejemplo, puede que se requiera de alguien que interprete el papel de madre, o de esposa, o de mujer de carrera, o de trabajadora comunitaria, o de amiga. Siempre tendremos muchas más probabilidades de satisfacer todos estos roles si no nos atrapamos excesivamente en ninguno de ellos.

La meditación puede compararse con el momento en el que nos permitimos dejar el escenario del mundo, incluso por unos momentos, y conectar con nuestra esencia. Separarnos del escenario temporalmente nos permite comprender con mayor profundidad el comportamiento de los demás actores y qué es lo que se requiere de mí para poder interpretar mi papel con precisión.

No cortamos con el papel, pero dándonos a nosotros mismos de vez en cuando oportunidades para recargarnos, nos aseguramos de que nuestra perspectiva permanezca elevada, de que nuestras motivaciones sean positivas y de que nuestro estado interno sea pacífico y equilibrado.